7 claves para elegir el mejor aceite base para tus oleatos

La elección del aceite vegetal determina la calidad y eficacia de los oleatos. Una de las inquietudes más frecuentes de quienes toman nuestros cursos es ¿Cómo elegir el aceite adecuado para elaborar macerados? Para ayudarte en este proceso, aquí te compartimos siete aspectos clave que debes considerar al seleccionar el aceite base ideal para tus maceraciones.

Factores Clave para Elegir el Aceite Base Ideal

1. Aceites sensibles al calor

Los aceites termosensibles son aquellos que se degradan o alteran sus propiedades cuando se exponen al calor. Esto se debe a que sus moléculas son especialmente sensibles a las altas temperaturas, lo que puede provocar la oxidación, la pérdida de nutrientes y la alteración de su aroma y color.

Si planeas preparar el oleato usando el método de «proceso en caliente» o si utilizarás el oleato en productos que requieren calentamiento, como bálsamos, pomadas, mantequillas corporales o emulsiones de proceso en caliente, entonces evita aceites sensibles al calor.

Algunos ejemplos de aceites sensibles al calor incluyen: aceite de rosa mosqueta, aceite de aguacate, aceite de avellana, aceite de borraja, aceite de semillas de chía, aceite de semillas de amapola, aceite de sacha inchi y aceite de semillas de calabaza.

(En caso de usar estos aceites, incorpóralos en la fase de enfriamiento y realiza las maceraciones a temperatura ambiente).

2. La vida útil del aceite

La duración de un macerado depende directamente de la vida útil del aceite portador utilizado. Por ello, es esencial elegir un aceite que tenga una vida útil adecuada y no demasiado corta.

Algunos aceites vegetales, como el de borraja y el de rosa mosqueta, tienen una vida útil de aproximadamente 4 a 6 meses. Otros, como el aceite de almendras dulces y el aceite de oliva, pueden durar hasta un año. En cambio, los aceites más estables, como el de jojoba, coco y argán, pueden conservar su calidad durante hasta 2 años.

Te recomiendo considerar el uso final del oleato al elegir el aceite portador. Un aceite con una vida útil más larga permitirá obtener un oleato que podrás utilizar y almacenar por mucho más tiempo.

3. El aroma del aceite

Se recomienda elegir aceites vegetales con aromas suaves o neutros para macerar plantas. Optar por un aceite base con un aroma muy intenso (por ejemplo, el aceite de perilla, neem, colza o espino cerval) puede resultar en un perfil olfativo final no deseado en el extracto final.

Esto es especialmente importante al macerar hierbas, plantas y flores aromáticas. Un aceite base con un aroma muy fuerte puede enmascarar y distorsionar la identidad aromática de las hierbas.

“Los aceites con aroma neutro o muy suave actúan como un lienzo en blanco, permitiendo que los aromas de las plantas se expresen de manera pura y auténtica”

4. El tipo de producto que vas a fabricar con el extracto

Es fundamental considerar el tipo de producto final que elaborarás con el oleato. Por ejemplo, si el oleato está destinado a un aceite de masaje, donde se usará una gran cantidad de producto en cada aplicación, un aceite portador costoso puede no ser la opción más conveniente.                                       

También es importante considerar el tipo de piel. Por ejemplo, si el producto final está destinado a pieles sensibles y con la barrera cutánea dañada, los aceites ricos en ácido oleico, como el aceite de oliva y el aceite de almendras, no son la mejor opción.

5. El color del aceite

Te recomiendo evitar aceites con colores muy intensos. En su lugar, opta por aceites de tonos más suaves, lo que permitirá que tus extractos capturen el color de la planta de manera auténtica.

Si eliges aceites con colores intensos, como el de aguacate o el de cáñamo, vas a comprometer tanto el color del extracto como el del producto final.

6. El costo y disponibilidad

Al crear productos para la venta, es clave tener en cuenta tanto el costo como la disponibilidad de los ingredientes. Por ejemplo, el precio de un aceite portador afecta directamente el costo del extracto y, por lo tanto, el precio final del producto. También es importante asegurarse de que este aceite esté disponible en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades de producción.

7. Elección de un aceite portador con propiedades que complementen las de la planta

Al elegir un aceite portador para extraer los compuestos activos de una planta, es fundamental considerar aquellos aceites que presenten propiedades similares o complementarias a las de la planta. De esta manera, se crea una sinergia que enriquece el perfil terapéutico del extracto. Por ejemplo, si la planta tiene propiedades antiinflamatorias, un aceite con propiedades calmantes y regeneradoras, como el de semillas de lino, puede ser una excelente opción.

Para profundizar en las propiedades de los aceites de semillas, te invitamos a leer nuestro artículo Aceites para el cuidado de la piel y ácidos grasos.

 

Los mejores aceites para tus oleatos

Considerando los factores mencionados anteriormente, a continuación, te presento una lista de aceites vegetales recomendados para la elaboración de tus oleatos:

Aceite de coco fraccionado: este aceite es una forma líquida y altamente estable del aceite de coco, lograda al eliminar casi todos sus ácidos grasos de cadena larga. Es inodoro, incoloro, permanece líquido a temperatura ambiente y tiene una vida útil de aproximadamente dos años. Este aceite se absorbe rápidamente sin dejar una sensación grasosa en la piel, por lo que resulta ideal para oleatos que requieren una base neutra y de rápida absorción. Su costo razonable lo convierte en una excelente opción para producciones a gran escala.

Aceite de jojoba: el aceite de jojoba es único, ya que, aunque suele llamarse aceite, en realidad es una cera líquida. Se destaca por su prolongada vida útil de aproximadamente 2 a 3 años. Ofrece una textura ligera y muy agradable sobre la piel, con un color suave y casi sin olor. Aunque su precio es más elevado en comparación con otros aceites, brinda una sensación de lujo en la piel, sin dejar residuos grasos.

El aceite de jojoba soporta altas temperaturas sin degradarse ni perder sus beneficios, lo que lo hace ideal para formulaciones que requieren procesos de calor o están sujetas a temperaturas elevadas durante su almacenamiento o uso.

Aceite de girasol: el aceite de girasol es una opción económica y ampliamente disponible para maceraciones y extractos. Con una vida útil de alrededor de un año, este aceite es ligero, se absorbe bien en la piel y tiene un aroma y color neutros que no afectan el perfil olfativo o visual de los extractos. Rico en vitamina E, el aceite de girasol tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que lo convierte en una opción nutritiva ideal para el cuidado de la piel, especialmente para pieles sensibles o inflamadas.

Aceite de ricino: el aceite de ricino tiene una vida útil bastante larga (hasta dos años en buenas condiciones de almacenamiento) y es muy denso, lo que lo hace ideal para macerados destinados a productos como bálsamos o pomadas. Tiene excelente estabilidad térmica y oxidativa y aunque su aroma es característico y algo fuerte, sus propiedades hidratantes, antibacterianas y antiinflamatorias son muy valoradas, especialmente en tratamientos capilares y para la piel seca.

Aceite de sésamo: las semillas de sésamo o ajonjolí son especialmente valoradas por su alto contenido de aceite, lo que las convierte en una de las fuentes más eficientes de este recurso entre las semillas. Esta cualidad permite encontrar opciones orgánicas y sin refinar a precios muy competitivos.

Este aceite es altamente valorado en Ayurveda, la medicina tradicional milenaria de la India. Su uso en el cuidado de la piel es ancestral y constituye la base de numerosos tratamientos de salud y belleza. Una práctica tradicional consiste en infusionarlo con hierbas medicinales para crear aceites terapéuticos, los cuales se emplean en el Abhyanga, un automasaje diario que nutre la piel y relaja tanto el cuerpo como la mente.

Aceite de oliva: el aceite de oliva, a pesar de ser económico y accesible, no siempre es la mejor opción para elaborar macerados. Su color intenso y su aroma característico puede enmascarar los aromas y colores más sutiles de las plantas, alterando así el resultado final.

¿Tienes algún aceite favorito para tus oleatos y macerados? ¡Compártelo con nosotros en los comentarios! Y si tienes dudas, aquí estamos para ayudarte.

Con amor botánico,

Melissa Ordóñez 

2 comentarios

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