Secado de plantas medicinales: la guía definitiva

Deshidratar y almacenar las plantas adecuadamente es crucial para preservar sus propiedades a lo largo del tiempo. Secar una planta implica extraer su humedad para mantenerla en buen estado y prolongar su uso. El éxito del proceso de secado radica en conservar el color, la textura, las propiedades y el aroma originales de las plantas. Como señala James Green en su libro The Herbal Medicine Makers Handbook, «La meta y el signo del éxito en el secado de plantas es obtener hierbas que se asemejen mucho a la planta viva en color, aroma, sabor y textura. Una colección de hierbas correctamente procesadas debe evocar la misma sensación de frescura y vitalidad que un jardín”.

Preparando las hierbas para el secado

  1. Manipulación: las plantas verdes frescas, especialmente aquellas con hojas delicadas como la menta, requieren un manejo cuidadoso antes de ser secadas. Cualquier daño causado durante la manipulación puede acelerar los procesos de oxidación, resultando en un oscurecimiento indeseado durante el secado.
  2. La frescura es clave en el proceso de secado de hierbas: cuanto menor sea el intervalo entre la recolección y el inicio del secado, mayor será la concentración de principios activos y aromas en la planta. Esto se debe a que los compuestos químicos responsables de las propiedades medicinales y aromáticas de las hierbas comienzan a degradarse rápidamente una vez que la planta se separa de su raíz. Por eso, es fundamental reducir el tiempo entre la cosecha y el secado para asegurar que las plantas conserven su aroma y sus beneficios medicinales al máximo.
  3. Selección y limpieza: antes de secar las hierbas, es fundamental seleccionar cuidadosamente aquellas que estén en perfecto estado. Desecha las partes marchitas, enfermas o dañadas por insectos. Si encuentras abejas u otros insectos en la cosecha, trasládalos suavemente al exterior. Limpia las plantas sacudiéndolas suavemente o, si tienen tierra, usa un paño limpio y seco. Evita lavar las hojas con agua a menos que sea absolutamente necesario.
  4. Preparación de las raíces: las raíces requieren una limpieza más exhaustiva. Frótalas suavemente con un cepillo bajo el agua corriente para eliminar toda la tierra. Si es necesario córtalas en trozos más pequeños para facilitar la limpieza. Para secarlas es importante rebanarlas en capas delgadas.

Técnicas de secado

A continuación, se presentan las principales técnicas utilizadas para el secado de plantas medicinales:

1. Atados de hierbas

Para secar plantas de tallo largo, como la lavanda o el romero, agrúpalas en pequeños ramilletes y únelos con una banda de goma. Las bandas de goma son muy útiles, ya que mantienen los tallos juntos a medida que se secan y se encogen, evitando que se caigan. 

Una vez formados los ramilletes, cuélgalos boca abajo en una cuerda, que puede ser un tendedero de ropa, o utiliza perchas o estantes específicos para el secado de hierbas. Asegúrate de dejar una distancia mínima de 10 centímetros entre cada grupo de plantas para permitir una adecuada circulación de aire, lo cual es esencial para un secado uniforme.

El proceso de secado suele durar aproximadamente 15 días. Es importante no colgar demasiadas hierbas juntas para que el aire circule mejor.

2. Rejillas de secado

Para materiales vegetales que no se pueden atar en ramilletes, como hojas, flores, frutas, raíces o cortezas, los estantes de secado ofrecen una solución eficaz. Estos sistemas, formados por múltiples niveles de rejillas, facilitan una circulación óptima del aire alrededor del material, garantizando una deshidratación uniforme y minimizando el riesgo de formación de hongos.

Para obtener resultados óptimos, distribuya el material vegetal de manera uniforme sobre las rejillas, evitando la superposición. Esto asegura una deshidratación homogénea de todas las partes del material vegetal.

Se recomienda evitar el uso de rejillas de alambre, ya que el metal puede reaccionar con algunos componentes de las plantas frescas. En su lugar, utilice rejillas de acero inoxidable o, preferiblemente, mallas de nailon, que son más adecuadas para este propósito.

3. Deshidratador de hierbas

Los deshidratadores de hierbas, ya sean comerciales o caseros, son herramientas extremadamente prácticas para el secado de plantas medicinales. Están disponibles en una variedad de tamaños y capacidades, por lo que la selección debe basarse en tus necesidades específicas y el volumen de plantas que procesas. En la mayoría de los casos, un deshidratador doméstico será adecuado. Es fundamental seguir siempre las instrucciones del fabricante para asegurar un uso correcto y efectivo del equipo.

4. Secar hierbas en un horno

Secar hierbas en un horno no es la opción más recomendada. Este método puede causar la pérdida de aroma, color y propiedades características de las plantas debido a las altas temperaturas. Además, existe el riesgo de que el horno se sobrecaliente, lo que podría quemar las hierbas. Por estas razones, es preferible optar por métodos de secado más suaves y controlados.

Lugar de secado  

Un ambiente controlado y adecuado es esencial para que tus hierbas conserven sus propiedades terapéuticas y aromáticas durante más tiempo. Si las condiciones de secado no son óptimas, las plantas pueden perder los compuestos químicos que les otorgan sus beneficios. Aquí tienes algunos puntos clave para seleccionar el lugar adecuado para secar tus hierbas:

  • Ventilación y sombra: Las hierbas se secan de manera óptima en áreas sombreadas y bien ventiladas. Una buena circulación de aire es esencial para un secado uniforme y efectivo.
  • Luz solar: Nunca seques las hierbas a la luz del sol, ya que la exposición directa puede dañar las plantas tiernas y sensibles, depreciando sus propiedades. La luz solar directa descompone los compuestos químicos de las plantas, reduciendo su efectividad.
  • Temperatura: La temperatura ideal para secar hierbas oscila entre 18 y 25°C.
  • Humedad: La humedad del ambiente debe ser baja para evitar el crecimiento de hongos y moho, que pueden deteriorar tus plantas. El nivel ideal de humedad relativa se encuentra entre el 40% y el 60%. Si la humedad es alta, un deshumidificador puede ayudarte a mantener un ambiente seco. Además, revisa las hierbas periódicamente para detectar cualquier signo de moho o deterioro.
  • Limpieza: Asegúrate de que el lugar donde cuelgas las plantas esté limpio y libre de polvo. Un entorno limpio evita la contaminación de las hierbas y preserva su pureza y calidad.

Cuarto de secado

Si procesas, cultivas o comercializas grandes cantidades de plantas medicinales, un cuarto de secado es la opción ideal para ti. El diseño de un ambiente adecuado para la sala de secado es fundamental para obtener plantas de alta calidad y secadas correctamente. Aspectos como el tamaño de la sala, el flujo de aire, el control de la temperatura y el control de la humedad son cruciales para un secado eficaz, preservando la integridad de los compuestos químicos de las plantas.

Sigue estas recomendaciones para instalar tu cuarto de secado:

Lugar: El cuarto de secado ideal debe ser un lugar fresco y totalmente oscuro, sin ninguna entrada de luz directa para garantizar que el aroma, sabor y propiedades de las plantas se mantengan intactos. Asegúrate de que el espacio sea lo suficientemente amplio para manejar la cantidad de plantas que procesas sin amontonarlas, permitiendo una buena circulación de aire alrededor de ellas.

Ambiente controlado: Equipar la sala de secado con las herramientas adecuadas es fundamental para lograr condiciones óptimas. Aquí tienes algunas piezas clave:

  • Ventiladores: Utiliza ventiladores pequeños para generar una corriente de aire suave y constante. Asegúrate de que el aire no sople directamente sobre las hierbas para evitar dañarlas. Apunta los ventiladores en dirección contraria a las hierbas, haciendo que el aire sople hacia el suelo o el techo.
  • Deshumidificador: Si la humedad del ambiente es alta, un deshumidificador te ayudará a mantener los niveles de humedad adecuados.
  • Acondicionadores de aire: Estos dispositivos son útiles para mantener una temperatura estable en la sala de secado.

Almacenamiento

Las hierbas están listas para almacenarse cuando todas sus partes, incluyendo el tallo y las raíces, están completamente secas y quebradizas. Verifica que al doblarlas o tocarlas se rompan fácilmente. Es importante cortar las raíces grandes y los tallos para asegurarse de que los centros estén completamente secos.

Una vez secas completamente, las hierbas deben almacenarse de inmediato. Exponerlas al aire libre durante largos periodos puede hacer que acumulen polvo y pierdan su vibrante color y aroma.

Para obtener indicaciones precisas sobre cómo almacenar plantas medicinales, consulta el siguiente artículo [aquí].

Escrito por Melissa Ordoñez

Colombiana, fundadora de Melissa Ordoñez Academia Cosmética. Especialista en ciencias cosméticas y herborista. Trabaja como docente de terapias alternativas de la universidad del Rosario en Bogotá- Colombia y dirige Melissa Ordoñez Academia Cosmética. A través de la academia y las clases en línea, Melissa ha llevado el maravilloso mundo de la cosmética natural a más de 3.000 estudiantes en todo el mundo. La principal misión de Melissa Ordoñez es empoderar a las mujeres proporcionándoles la orientación y el respaldo necesarios para crear marcas cosméticas exitosas tanto desde el punto de vista comercial como ético. Melissa aboga por el reconocimiento de los saberes ancestrales sobre plantas medicinales como una forma de honrar nuestra profunda conexión con la naturaleza.

18 comentarios

  1. Muchas gracias, Melissa. ¡Muy interesante la información que, sin dudas, me ayudará a evitar muchos errores en el secado de hierbas!

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